martes, 28 de septiembre de 2010


Escúchame, no digas nada, sólo mírame a los ojos y deja que mis palabras lleguen a tus oídos, permite que mis manos te expliquen lo que siento por tí, que en un beso pueda decirte que eres todo para mí, que en una mirada intente describir la emoción que provocas al tomar mi mano. Escúchame, sé que no sientes nada por mí, que piensas que esto no puede ser, que existen mil pretextos para no arriesgarte, que crees que vas a llorar y sufrir una vez más, pero te has equivocado, porque si me regalaras una noche te entregaría mi esencia, te besaría como nadie jamás lo ha hecho, te regalaría mi corazón sin pedir nada a cambio.

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